domingo, noviembre 23, 2008

siete años implorando



Jorge Allen, el poeta, amaba a una joven pechugona de los barrios hostiles.Segun supo despues, alcanzo a ser feliz. Una noche de junio, la chica resolvio abandonarlo.- No te quiero mas - le dijo.Allen, cometio entonces los peores pecados de su vida; suplico, sehumillo, escribio versos horrorosos y lloro en los rincones.La pechugona se mantuvo firme y rubrico la maniobra entre verandose con un deportista reluciente.El poeta recobro la dignidad y empleo su tiempo en amar sin esperanzas y en recordar el pasado. Su alma se templo en el sufrimiento y se hizo cada vez mas sabio y bondadoso. Muchas veces soño con el regreso de la muchacha, aunque tuvo el buen tino de no esperar que tal sueño se cumpliera.Mas tarde supo que jamas habria en su vida algo mejor que aquel amor imposible.Sin embargo, una noche de verano, siete años y siete meses despues de su pronunciamiento, la pechugona aparecio de nuevo.Las lagrimas le corrian por el escote cuando le confeso al poeta:- Otra vez te quiero.Allen nunca pudo contar con claridad lo que sintio en aquellas horas.El caso es que volvio a su casa vacio y desengañado. Quiso llorar y no pudo. Nunca mas volvio a ver a la pechugona. Y lo que es peor, nunca mas,nunca mas volvio a pensar en ella ni a soñar su regreso.

1 comentarios:

kaho dijo...

Muchas veces la gente confunde sabiduría con paciencia, y paciencia con resignación. Es una de las confusiones mas lógicas que existen a mi modo de ver, pero sería difícil escalonarla... Darle un orden cronológico porque son estados unicos en si mismos.

Es una historia muy bella (: